SEPTIEMBRE NEGRO
Mañana termina este mes agitado, espero que en octubre tenga más tiempo y cabeza para actualizar este blog, cambiar canciones de Chapinero... Gracias a todos por su paciencia.
Mañana termina este mes agitado, espero que en octubre tenga más tiempo y cabeza para actualizar este blog, cambiar canciones de Chapinero... Gracias a todos por su paciencia.
Yo, por lo general muy medido en mis emociones patrióticas, el domingo no me cambiaba por nadie. Montoya, el 1-2 de McLaren (lo de Alonso ni me va mi me viene)... Además, verles le jeta torcida a toda esa mano de brasileños amargados y envidiosos (la torcida con la jeta torcida) fue un placer extra. Ahora entiendo por qué don Germán Mejía se emociona tanto cuando narra las carreras.
Y Turbay no ha sido la excepción. En esta semana de hagiografías y retórica lambeculística se le ha calificado como un demócrata, un amante de la paz... cuando fue, al menos durante su gobierno, un sistemático violador de los derechos humanos, un corrupto que le abrió de par en par las puertas de la política a las mafias. Dirán que es una falta de respeto con sus deudos recordar el oscuro pasado de ese tipo. Pues bien, a mí me parece una falta de respeto, una ofensa con los cientos de familiares de sus víctimas directas e indirectas referirse a Turbay como un demócrata, un repúblico, un amante de la paz.
Parecía un cuento de hadas.
Dos homónimos, dos extremos.
Dice Sir James Paul McCartney a propósito del lanzamiento de su álbum Chaos and creation in the backyard. “Cuando escribo un nuevo tema, hay momentos, no siempre, en los que escucho la voz de John en mi cabeza. Pienso, ‘OK, tienes razón John, debería poner esta frase aquí en lugar de aquella otra’, y escucho cómo él me aconseja o me reprende”. Así que ya saben a quién echarle la culpa si, como suele suceder, Paul sale con una babosada.
Ahora que estuve en Medellín día y medio le saqué un rato para conocer MetroCable y quedé fascinado con el asunto. Era hora pico y, sin embargo, en cosa de tres minutos ya estaba subido en uno de aquellos miniteleféricos. No más la experiencia de sobrevolar aquellos barrios satanizados por la prensa y la literatura y el cine y oir únicamente el sonido de niños que juegan y se ríen, algún fragmento de música... No niego que es sobrecogedor ver semejante aglomeración cohabitar espacios tan precarios. Pero a cada rato uno ve detalles amables, cosas tan sencillas como casas pintadas de colores, mini jardines, perros en las terrazas... No sé qué opinen los que conocen de veras el asunto.
Soy hincha de Boca, en el partido contra el Caldas, obvio, iba por Boca... pero me sacó de quicio Alfio Basile, técnico de Boca. Para justificar la derrota de su equipo se puso a decir: "Aquí no se puede jugar bien al fútbol". ¿Por qué no dice más bien Basile que Boca no supo o no pudo jugar bien al fútbol? En el estadio Palogrande, de Manizales, el Once Caldas ha jugado cien, mil veces bien al fútbol, como dice Basile que a él le gusta: pelota al piso, varios toques. Entonces, ¿por qué esa manía de los argentinos de echarle la culpa de sus fracasos a la altura? Y eso que salieron campeones. ¿Qué estarían diciendo si Caldas hace otro gol y les gana en los penales?