EL MUSEO PERFECTO (18)
De tanto leer acerca de Pamuk y de haber leído algo de Pamuk Turquía se ha vuelto un país un poco más familiar y de alguna manera entrañable. Y nada mejor que traer al museo una pintura que refleja no el país como tal sino la imagen que evoca ese país entre quienes lo imaginan a través de relatos de terceros. El esplendor perdido de los otomanos inspiró a Ingres para pintar El baño turco, su reelaboración de "lo turco" con base en los parámetros de la pintura académica francesa de mediados del siglo XIX. Un ideal de belleza femenina que aniquiló la dictadura de los modistas y los publicistas. Sería bueno colgarlo al lado de la escultura de Giacometti.
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