LECCIONES DESDE SUDÁFRICA

La Fundación para la Reconcicliación celebra en estos días el Primer Encuentro Internacional de las ESPERE - Escuelas de Perdón y Reconciliación, al que asistieron especialistas de varios países del mundo en temas relacionados con reconciliación y perdón. De Israel, de Brasil, de Colombia también... Uno de ellos es el reverendo Michael Lapsley. Su historia es así. Nació y creció en Nueva Zelandia. Como miembro de la inglesia anglicana viajó a Sudáfrica en 1973 y se iunvolucró en la luycha contra el Apartheid. En 1976 tuvo que exilarse en Rhodesia (hoy Zimbabwe) y en 1990, tres meses después de la libración de Nelson Mandela, algún miembro del gobierno del Apartheid le envió una carta bomba camuflada entre dos revistas religiosas. De milagro no murió en el atentado pero perdió las dos manos, un ojo y un oído. Cuando terminó el régimen del Apartheid regresó a Sudáfrica y comenzó a trabajar en talleres de reconciliación y perdón. En la actualidad dirige el Institute for Healing of Memories, con sede en Ciudad del Cabo.
Entre las cosas que dijo cuando expdelicó el caso de Sudáfrica destaco las siguientes:
- En Sudáfrica hubo amnistía como parte de un mandato constitucional, no como una opción de gobierno.
- Tenían derecho a la amnistía quienes confesaban todos sus delitos, no parte de ellos o los que les convenía.
- Debía comprobarse una motivación política de cada crimen.
- Quienes confesaban un asesinato pero ocultaban que habían torturado a su víctima perdían el derecho a la amnistía.
- Sólo un 10 por ciento de los implicados recibió el beneficio de la amnistía.
- En Sudáfrica se dio un paso gigantesco al hacer públicas las confesiones de los criminales, tanto de los miembros del gobierno del Apartheid como de los integrantes de las fuerzas de liberación.
- En estos procesos públicos se le dió gran importancia al testimonio de las víctimas.
- No sólo había que confesar y contar la verdad sino reparar a la víctima. El reverendo Lapsley lo ilustra con un ejemplo: "Si yo te robo una bicicleta y te pido perdón por habértela robado pero no te la devuelvo, no he hecho nada".
- Sin perdón no hay futuro (frase del reverendo Desmond Tutu)
- Pero de nada sirve enterrar el pasado. Olvidar no es perdonar. Es necesario transformarlo, es decir, convertir la memoria destructiva en una que dé vida.
- Es importante tener en cuenta lo político y lo económico, pero también la parte sicológica, emocional y espirutual.
- Sudáfrica dio un paso muy grande, pero afronta retos inmensos: pobreza, desempleo, sida, crimen, desigualdad. Después de Brasil, Sudáfrica es el país donde la riqueza se distribuye de manera más desigual.
- Este es un proceso paulatino que puede durar muchos años. Él habló de cien.
Como quien dice, tenemos mucho por aprender.