CARTA ABIERTA

Ciudadanos frente a las elecciones

Colombia vive momentos decisivos que marcarán el camino por el cual avance o retroceda. La alternativa es abrir espacio a posiciones que lleven al país por senderos propios en lo económico, lo político, lo cultural, lo ecológico y lo social, o continuar con un gobierno de corte autoritario que antepone la guerra a lo social, que en lo económico recorta las conquistas de los trabajadores –horas extras, dominicales, festivos, tiempo de pensiones–, favorece exclusivamente a los grandes grupos económicos y a las empresas multinacionales y adelanta políticas de privatización de las empresas públicas en detrimento del patrimonio de la nación.
La alternativa es entre la búsqueda de una solución negociada al conflicto armado, o el accionar del presidente Álvaro Uribe Vélez que privilegia la guerra sobre los aspectos sociales y entrega legalmente buena parte del país a los grupos paramilitares, mediante procesos de negociación que mantienen intacto el poder económico, político y bélico del paramilitarismo y el narcotráfico.
En momentos en que una alternativa de izquierda legal se abre camino, pese a las pugnas y peleas internas, es importante respaldar esta iniciativa para consolidar el proceso.
Es necesario igualmente exigir a todos los actores armados que inicien un proceso de paz serio, que les permita legitimizarse dentro de la lucha política legal. La sangre genera más sangre, la guerra genera más guerra; el fracaso de la lucha armada es hoy evidente, y sólo sirve para dar razones al gobierno para justificar su política de guerra y tierra arrasada contra la población civil, reflejada claramente en las detenciones masivas de ciudadanos que meses o años después recobran la libertad, porque no había pruebas contra ellos.
Del congreso que elijamos dependerá en buena parte el rumbo que tome el país. Aunque en el partido liberal hay figuras éticas y comprometidas, el momento llama a dar impulso al cambio que logre que los mejores cuadros del Polo Democrático Alternativo consoliden su poder en el Congreso, y que otros figuras de este naciente partido, así como de movimientos indígenas, campesinos y negros, puedan luchar en el congreso por los cambios que requiere Colombia. No podemos seguir siendo la isla que se arrodilla frente a los Estados Unidos mientras la gran mayoría de los países de América Latina han comenzado a recorrer senderos que buscan la independencia social, política y económica.
Para la Cámara por Bogotá proponemos a Daniel García Peña, quien desde hace años se la ha jugado toda por la salida negociada al conflicto armado; para el Senado a los dos más aguerridos congresistas del Polo, Jorge Enrique Robledo y Gustavo Petro. En la consulta interna para la candidatura presidencial optamos por Carlos Gaviria, un hombre de principios. Pero de nuevo llamamos a votar, ya sea por ellos, o por quienes, a conciencia, consideremos que son los que pueden conformar un congreso que de verdad aporte a que, luego de 50 años de oscurantismo, haya una verdadera renovación en los cuadros y en las costumbres políticas en Colombia.

Cordialmente,
Antonio Caballero, Francisco Leal Buitrago, Oscar
Collazos, Álvaro Camacho Guizado, Guillermo González
Uribe, Silvia Amaya, Alberto Quiroga, Ana María Ochoa,
Jesús Abad Colorado, Lola Salcedo Castañeda, María
Clara Ramos, Rafael Bassi Labarrera, Catalina
Restrepo, Martha Raquel Herrera, Antonio Morales
Riveira, Julio Roberto Arenas, Julio Jaramillo,
Liliana Vélez, María Antonia García de la Torre, Olga
Sanmartín, Carlos Alberto González, Ana Cecilia
Barragán, Daniel Emilio Camargo Reyes, Lucía Moncada
Roa, León Octavio Osorno, Jorge A. Sánchez Vargas,
Carolina Guerrero, Adriana Cantor, Esmeralda Triana
González, María José Llanos, Fernando Duque, Ana María
Medrano, Zunil Lozano, (Siguen nombres).